El sistema de riego
por aspersión y las parcelas agrícolas para rescatar productos agrícolas
andinos fue posible en la comunidad San Luis de la parroquia Juan B. Vela en
Ambato (Tungurahua). Rocío Ocaña,
comparte sus experiencias.
¿El sistema de riego cómo contribuye en el quehacer
agrícola?
“El sistema de
riego en el trabajo diario es bueno, porque antes era seco y se tenía el agua
por la acequia. Teníamos que salir a cuidar dos o tres personas en el día para
que llegue el agua a los terrenos. Ahora con el sistema se instala y se deja
que riegue. Es sistema magnífico, damos
gracias a Dios y a la Fundación de Suiza”.
¿Ha cambiado el horario de trabajo?
“Se ha optimizado
el tiempo en el trabajo y dinero, porque no se paga peones para cuidar el agua.
Se instala el sistema y se gana tiempo”.
¿Cuáles son los beneficios de las parcelas agrícolas?
“Nos dieron
semillas de papa, melloco, ocas y plantas nativas. Estoy agradecida, porque he
tenido éxito para el consumo de la familia. Yo estaba poniendo potreros. Ahora
en las parcelas cosechamos, es de la mata
a la olla y consumimos, es bueno y se aprende a cultivar nuestros
productos que se estaban olvidando”.
¿Se habla de productos limpios?
“Hasta
acostumbrarse es difícil y no elaboramos los compost, ahora sabemos hacer los
bioles y compostera. Utilizamos el abono de los animales para los potreros y
para las parcelas agrícolas para tener
buenos productos. Gracias a Dios que no han ayudado”.
Rocío Ocaña, beneficiaria del sistema de riego por aspersión y parcelas agrícolas.
Delegados de la Fundación Suiza de Ayuda para los Indígenas del Ecuador en el recorrido por las parcelas agrícolas.
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